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  • Foto del escritor Carolina Balduzzi

No me tocó, pero es abuso.

Micromachismo es ese profesor que te toma de la cintura, ese médico que se acerca de más, ese tono sexual, seductor, baboso, al que una no responde o rechaza, pero no les importa.

Los que dicen que las chicas exageran no tienen idea la cantidad de veces que las mujeres nos topamos con estos abusos.

No, no me tocó el culo pero es abuso.

Aprovechar un rol profesional, de poder, para sobrepasarse, tocar, seducir, hostigar es abuso.

Y ahí surge otro comentario “pero también pasa al revés, una vez una mujer…”. Seguramente haya casos, en todo el espectro de situaciones de violencia, donde una mujer la ejerza sobre un hombre, pero debemos seguir insistiendo que la “violencia de género”, violencia por la condición de género que registra abuso y muerte ejercida por hombres representa una diferencia abismal en estadísticas frente a otros casos. Y es tan evidente en el día a día que cuesta comprender que muchas veces recaiga ahí el debate.

Sin duda debemos rescatar la valentía de las más jóvenes y hablar más acerca de las situaciones que vivimos cada día, hacer el ejercicio de contar a otres las situaciones que se viven a diario, también para nosotras, para desnaturalizarlas; y sumar a la evidencia que no son cuestiones aisladas.

Asumir la estructura machista que nos contiene, para desentramar los comportamientos que sostienen y habilitan que un hombre se sienta con derecho a hablar y tocar a una mujer en la calle, a acosar, a manosear, a sobrepasarse en un consultorio, una oficina, un ascensor, un aula.

No, no me toco el culo, pero es abuso.

Si no podemos ponernos en el lugar de una mujer de 15 o de 50 años, que va a un consultorio médico y mientras el médico la revisa en la camilla, ella boca abajo, le apoya su pija en la mano, hasta que no quedan dudas de que no es una casualidad.

El jefe la acosa, le mira las tetas al hablarle, se le acerca demasiado y usa siempre con ella un tono seductor, baboso ¿Cuantas veces escuchaste esto? Imaginemos lo que debe ser vivir esto a diario. Cuando no aguantó más, hizo un planteo formal en la oficina y se la rieron en la cara.

En la universidad un profesor la invitó a salir, ella dijo que no, y desde ese día el tipo empezó a tratarla mal en clase.

Anécdotas reales que podría continuar al infinito.

Microviolencia, no te pegó, no te gritó, quizás no te tocó, pero hay abuso de poder, es violencia de genero.

Abramos la charla, si le preguntas a amigas y colegas donde sea, estoy segura de que te vas a sorprender la cantidad de abusos y silencios.

Aprendiendo de las más jóvenes que le se lo gritan en la cara al nuevo regente del Nacional Buenos Aires.

Aunque sigan desestimando las denuncias, esto es abuso, así lo vivimos, lo sufrimos, lo compartimos y lo denunciamos como sea.

Esto no tiene vuelta atrás, sobre nuestros cuerpos nosotras ponemos los límites y decidimos.

Si te quedan dudas escuchalas!!

https://www.youtube.com/watch?v=jQzazqC6g4k&feature=youtu.be


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